Una inesperada visita...

Se presentó en casa sin llamarlo, fue una sorpresa para mi mayúscula, con su cazadora habitual en todas las estaciones del año, por lo cual nada más verlo ya se sabe quién es y por supuesto sus características y costumbres.

Esperó que cerrara las puertas delanteras, por donde el público entraba y estuvo acechando, deslizándose por la parte alta de atrás sigilosamente para no ser sentido. Esperaba bajar al piso de abajo, con las mismas intenciones de siempre, pistola en mano, dispuesto a hacerse con todo el dinero de caja…

De momento yo no sabía nada y empecé a subir las escaleras para cerrar la puerta pequeña de la parte de atrás.

Entonces lo vi.

Las manos en los bolsos preparados para entrar en acción…

Cuando eres niño siempre te hablan de cómo tienes que salvaguardarte; no hablar con desconocidos, no decir jamás que estas sólo y una cantidad de cosas, que como soy como un ordenador, todo esta archivado para usar y sacarlo cuando es necesario.

Cuando tenía seis años mis padres me dijeron un día que se iban y que tenía que quedarme un poco de tiempo sola, yo ni me inmute.-

Cogí mis castañuelas y me fui a la parte más elevada del terreno alejado de la casa y me puse a cantar y a darle a las castañuelas bailando. A la media hora, sin darme cuenta, se me acerca por la espalda un hombre de una edad de entre cuarenta a cincuenta años, preguntándome que estaba haciendo allí. Mi primera reacción fue separarme de forma instantánea, por si tenía que salir corriendo tener el campo abierto, y le contesté que me gustaba mucho la música y por eso estaba cantando…

- ¿Estás sola? ¿Dónde están tus padres?
- Mis padres están en la tierra, -la primera que me vino a la mente…
- ¿Te quieres venir conmigo y te enseño que en casa tengo una radio y allí podrás escuchar la música que quieras…?
- ¡¡No señor!! No se preocupe voy a llamar a mis padres para avisarles de su llegada.
- ¡¡No no te preocupes ven no te vayas!!
- ¡¡No no se preocupe los voy a llamar, un momento!!- dije saliendo disparada directamente al camino.

Y ahí lo deje, entre los nervios y la velocidad que llevaba, ni veía, pero llegue a casa y me encerré, hoy se que no es lo más acertado, puesto que ya estás en un punto fijo, pero para seis años creo que no está mal.

¿Cuál es la historia? Mis padres me dejaron sola intencionadamente y mandaron al desconocido para que intentara intimidarme a ver cómo reaccionaba, a ver si seguía sus consejos.

Lo más curioso, es que cuando retornaron mis padres a casa, no comente absolutamente nada y tuvieron que sacármelo a gancho y eso los dejo más desconcertados aun.-

… cuando estamos más o menos cerca de un individuo de este calibre, los ojos juegan un papel importante, casi crucial, miras directamente y le hablas con decisión y autoridad, sin demostrar que estás atemorizada.

Así lo hice y él se quedó un poco descuadrado por lo inesperado, momento que aproveché para pasar al siguiente ataque y ya está perdido por no darle tiempo a reaccionar, si fuese al contrario sería él quien ganaría… son decimas de segundo pero en ese momento se juega toda la partida.

¡Siempre por sorpresa!

- ¿Qué querías? ¿Qué necesitas? – puso cara de mucha sorpresa
- Estamos cerrando – añadí.

Mentira, ya habíamos cerrado y yo sabía a quién me estaba enfrentando. Aproveché la ventaja de su asombro y aunque estaba sola empecé a llamar en voz alta a un hombre inexistente al que llamé Antonio mirando escaleras abajo.

- ¡Antonio, Antonio! Quieres hacer el favor de dejar de estar ahí de cháchara con los amigotes y me ayudas a terminar de cerrar, que me quiero ir, que dentro de hora y media tengo que estar aquí de vuelta…

Sacó las manos de los bolsillos, y se giró rápido hacia la salida.

Le seguí y cerré con llave y en ese momento es cuando me apoye contra la puerta a pensar en lo ya pasado y lo primero que me vino a la cabeza fue lo que mis padres me habían enseñado unos cuantos años antes ya que actué de mano como un autómata…

Era un martes. El viernes siguiente a la mañana, atracó una joyería del centro.

Y por ahí sigue campeando. Es de buena familia, pero pueden más la coca.

Es una lástima pero es lo que hay, cuatro días en la cárcel y al otro día a reincidir. (Un echo real)

La Gata Coqueta

Os dejo esta rosa para que la depositéis en un bucaro y perfume vuestros espacios. ¡¡Feliz semana!!