sábado, 25 de mayo de 2013
Tú tienes el reloj, yo tengo el tiempo
TU TIENES EL RELOJ, YO TENGO EL TIEMPO
entrevista realizada por VÍCTOR-M. AMELA a:
MOUSSA AG ASSARID,
No sé mi edad: nací en el desierto del Sahara, sin papeles...!
Nací en un campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali. He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre. Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier. Estoy soltero. Defiendo a los pastores tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo
- ¡Qué turbante tan hermoso...!
- Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena, y a la vez seguir viendo y respirando a su través.
- Es de un azul bellísimo...
- A los tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados...
- ¿Cómo elaboran ese intenso azul añil?
- Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales. El azul, para los tuareg, es el color del mundo.
- ¿Por qué?
- Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa.
- ¿Quiénes son los tuareg?
- Tuareg significa "abandonados", porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso: "Señores del Desierto", nos llaman. Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh.
- ¿Cuántos son?
- Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas. Pero la población decrece... "¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existía!", denunciaba una vez un sabio: yo lucho por preservar este pueblo.
- ¿A qué se dedican?
- Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio...
- ¿De verdad tan silencioso es el desierto?
- Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo.
- ¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez?
- Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba... Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre... Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él!
- ¿Sí? No parece muy estimulante. ..
- Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas... Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua.
- Saber eso es valioso, sin duda...
- Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!
- Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?
- Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!
- ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?
- Vi correr a la gente por el aeropuerto.. . ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...
- Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja...
- Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté... Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida: vi correr el agua... y sentí ganas de llorar.
- Qué abundancia, qué derroche, ¿no?
- ¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...
- ¿Tanto como eso?
- Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos... Yo tendría unos doce años, y mi madre murió... ¡Ella lo era todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo.
- ¿Qué pasó con su familia?
- Convencí a mi padre de que me dejase ir a la escuela. Casi cada día yo caminaba quince kilómetros. Hasta que el maestro me dejó una cama para dormir, y una señora me daba de comer al pasar ante su casa... Entendí: mi madre estaba ayudándome...
- ¿De dónde salió esa pasión por la escuela?
- De que un par de años antes había pasado por el campamento el rally París-Dakar, y a una periodista se le cayó un libro de la mochila. Lo recogí y se lo di. Me lo regaló y me habló de aquel libro: El Principito. Y yo me prometí que un día sería capaz de leerlo...
- Y lo logró.
- Sí. Y así fue como logré una beca para estudiar en Francia.
- ¡Un tuareg en la universidad. ..!
- Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camella... Y el fuego de leña. Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas: allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra... Aquí, por la noche, miráis la tele.
- Sí... ¿Qué es lo que peor le parece de aquí?
- Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa... En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!
- Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.
- Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde...
- Fascinante, desde luego...
- Es un momento mágico... Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor... La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor...
- Qué paz...
- Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo.
*
* *
Esta entrevista la he recibido por e-mail creandome un modo diferente de pensar y ver algunas cosas. Me la pasó Manuel Caocharro un compañero de este mundo tan amplio como es Internet y me paraeció oportuno, aparte de pasarla a l@s amig@s, ponerla aquí también para compartirla con much@s más.
Me apetecia dejar reflejado el mensaje de este diálogo, en el cual Moussa deja entrever, que no se necesita ni la mitad de lo que nos hacen creer que es imprescindible, para vivir y ser felices.
Cada uno saque su propia conclusión.
domingo, 12 de mayo de 2013
Síntesis de vanidad...
Sendero de lágrimas
A sentidas alusiones,
Incorporando reflexiones
Que el tiempo esgrimirá
Con la penumbra del olvido
De un mañana ya aludido.
No hay que buscar
Causas ni causantes,
Hay que aceptar dignamente
Que la vanidad es un mal comensal,
Que se esconde tras la hipocresía, indignamente,
Para hurgar y tergiversar todo el arsenal.
Si de la vanidad eres su servil besamanos,
Se crecerá poyectando imaginarias quimeras,
Pero si por el contrario se incurre en omitirla,
Pueden nacer días de inhumana apatía,
Para demostrar soez y torpemente
Quien es el dueño de indisciplinada arrogancia.
Se debe abordar la vanidad,
Cortándole el paso y haciendo oídos sordos
A su incongruente apreciación,
Dándole la espalada por respuesta.
Primando la sencillez, la tolerancia y la cordura
Y la vida proveerá de una cualificada andadura
Más prospera y cercana si cabe interiormente...
¿Y tú, en algún momento de tu vida te has sentido agredid@,
por la vanidad de algún "ser" que se creía superior a ti...?
domingo, 5 de mayo de 2013
El cinco de mayo día de las madres
Querida madre,
te regalo una sonrisa dorada
cuando en la cama me acuesto,
y cuando me levanto,
la bondad de una mirada perdida
que con lenguaje mudo te busca
en cada rincón del alma...
Han pasado dos meses de tu partida
y te podría decir tantas cosas...
Tantas, que de verdad te asombrarías.
Hoy, que se celebra el día de la madre,
tú día, solo quería decirte lo mucho que te quiero
y que el pensamiento ha recogido el legado
de recordarte cada día, desde el momento
que las pupilas se han quedado sin lágrimas...
Me has dando tanto cariño y enseñado tanto,
que mientras viva estaré en deuda contigo...
Porque sé que cualquier contratiempo compartido
siempre me ayudaras a afrontarlo...
Quiero hacerte llegar a través de estas humildes palabras,
que este nuestro gran día, que con alborozo celebrábamos,
tú, tus nietas y yo, ha quedado clausurado hasta que regreses...
Te espero mientras vago perdida por el mundo de los vivos,
donde ya no se diferenciar la enajenación de la mansedumbre...
Feliz fin de semana
y feliz día para todas las madres
y para todos, los que tenéis la suerte
de tener a vuestra madre aún con vosotros.
Para mí es un día que se ha borrado
del calendario emocional, en el momento de su partida...
Os dejo un breve y sentido abrazo prendido en el arpa del viento...
Un abrazo con ternura
y un beso con dulzura.
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